Por aquellos dÃas muchas cosas pasaban por mi mente, lloré, reà y aún asà no lo entendÃa. Muchas de nuestras decisiones, no se llevan a la realidad de la misma manera como se planearon, en el camino a su realización el universo pone pruebas, esas las debes afrontar con valentÃa; pero, ¿cómo ser valiente si no conoces el camino, después de que tus planes cambiaron de dirección sin esperarlo?.
Usualmente tendemos a quedarnos pensando por un gran tiempo. Nos preguntamos, porque lo que queremos no se hará realidad en el tiempo deseado y nos olvidamos que la vida trae retos que son medidos con nuestra actitud, la cual es una decisión también.
Hace algún tiempo, me sentà muy triste sentÃa que un sueño muy grande que parecÃa haber cumplido se posponÃa y, ni siquiera lo habÃa decidido. No es nada fácil, sentirse impotente; cuando crees que lo hiciste bien.Â
La primera semana... no encontraba solución me culpaba y culpaba a quienes de algún modo formaban parte de esas decisiones. El ser humano, tiende a culpar a otros. Yo no fui la excepción. Lo terrible de esto es que cuando culpamos olvidamos el respeto, el amor, y lo más importante que con culpar nada solucionamos.
¿Cómo entendà esto?, cuando me detuve a recordar porque habÃa tomado esa primera decisión, es decir, el principal motivo para arriesgarme a dar el segundo paso; entendà que no se trataba del exterior, sino, de lo que sentÃa muy adentro en mi corazón. Fue entonces cuando sin cuestionar (por primera vez) acepte tomar una pausa, de muchas horas confieso, para apreciar ese momento que se tornaba tan dulce. Ver y sentir la belleza de lo inexplicable me devolvió la seguridad, entonces una vez volvà a la realidad, Comprendà sin mayor esfuerzo que mi sueño más grande se habÃa cumplido y que lo demás era secundario, pues el universo tenÃa destinado algo más grandioso para ese segundo paso. Ahora, pregúntate si el camino que haz tomado para afrontar esa situación que te aflige, es el más saludable para ti y quienes te rodean. ¿Realmente vale la pena lamentarse por lo que no se dio? Cuando puedes hacer mucho más con lo que te queda.
En algún momento escuche a alguien decir que somos como aquellos árboles que no dan los frutos que el cultivador espera al cosechar. Estos mismos una vez son podados se reproducen abundantemente, aquella persona se referÃa que los seres humanos somos podados con las pruebas y una vez las superamos logramos darlo todo, alcanzarlo todo y dar frutos.